Ruido blanco es un libro de poesía sobre la infancia en dictadura, las imágenes de
la memoria que se van develando en el paso del tiempo, y que marcan las
acciones de la juventud. El trauma de la violencia, las consecuencias de la
inflación, la pobreza de los barrios activos políticamente, el temor a desaparecer
no solo de una familia, sino de un país completo es de lo que habla este libro. La
mirada desde la niñez frente a los últimos nueve años del golpe militar que fracturó
las vidas de millones de personas, la incertidumbre, el olor de la muerte
circundante y las formas en que se ocultaba para mantener una tranquilidad que
nunca llegó a ser cierta para la mayor parte de la población.
Mi abuelo nos contaba en las vacaciones que durante el golpe militar, al irse de la
imprenta del Congreso, que estaba en el subterráneo, no comprendió el paisaje que
veía
No había vereda, o calle, el suelo era un mosaico de muertos,
puestos en diversas posiciones como un rompecabezas de coágulos,
vísceras, manos atados a la espalda, piernas sobre piernas.
Dice que se acordó de cuando era niño y trabajaba como cargador
y limpiador en el matadero de Franklin.
Tomó la decisión de caminar entre los muertos,
saltándolos,
de puntillas,
hasta llegar a su casa de noche.
En el río Mapocho flotaban los cuerpos.
Sangre y militares.
Sangre y balazos.
Sangre y gritos.
Tantos gritos que no entendía de dónde provenían.
Gritos que ya no eran humanos,
gritos que quedaron para siempre en su cabeza,
en el río, en el agua, en la calle,
en la piedra de los edificios,
en la corteza de los árboles,
en las escamas de la piel
que pasan de generación en generación.
Un aullido,
un tinnitus,
voces que se legaron en las células,
una muerte prematura.
Sangre y llanto.
Sangre y ventanas que se cerraban con postigos. Los cuerpos
agachados en el piso esquivando las balas.
Todo olía a yodo, pasaron meses para que dejara de sentir ese olor
Nunca pude dejar de imaginar esa escena al mirar un río, al ver el
agua del inodoro, del lavamanos, del lavaplatos, el agua estancada
luego de regar, el olor de la tierra mojada.
Esa memoria de muerte heredada del agua.
GLADYS GONZÁLEZ
(Chile, 1981)
Poeta chilena, docente y productora cultural. Doctora en Letras y Filosofía con
mención en Filología Hispánica por la Universidad de Valladolid. Ha publicado
Gran Avenida (2005), Aire Quemado (2009), Hospicio (2011), la compilación Vidrio
Molido (2012), Calamina (2014), la compilación Pequeñas Cosas (2015), Bitácora
(2018), Pequeñas Cosas 2004-2018 (2018), Navaja (2021). Premio de poesía
joven Pablo Neruda 2019.